martes, 11 de enero de 2011

TITO LUIS

Cuando uno llega a un sitio nuevo, y si encima te rodea un mobiliario temible, se pasa mucho miedo. Y es verdad que Papá y Mamá me daban mucha tranquilidad. Pero siempre te queda una pequeña espina de pánico. En la nueva casa tardé mucho en sentirme del todo a gusto. Hacía calorcito, un poquito de humedad, entraba mucho el sol pero me faltaba algo. En mi segundo día en mi recién inaugurado hogar recibí las primeras visitas de rigor tras la compañía de la abuela Mari Carmen. Vinieron Abuela Agustina, Primo David, Primo Luis y Tita Ana. Y, además, conocí a mi primer tito oficial. Tito Luis. En cuanto me cogió en sus brazos pensé: "¡Alto!, ¡Alto!". Es que era la primera vez que me subían tan arriba. Me meció con gran experiencia y seguridad y yo entreabrí mis ojos para verle de refilón. Pero preferí seguir haciéndome el dormido. No tardé en darme cuenta de que esa confianza que irradiaba me la contagió enseguida. Fue la última vez que tuve miedo al sofá de diseño sospechoso. Él me contó un montón de cosas y me lanzó un buen número de promesas. Él se pensaría que como no tenía bolígrafo a mano no las podía apuntar y se me olvidarían pronto. Pues no. Me acuerdo de todas. Me dijo que iba a hacer de mí un experto en bricolaje. Así arreglaría los enchufes y pondría los cuadros que tantos dolores de cabeza dan a mis padres. Me anunció que me enseñaría a montar a caballo en su campo. Y me aseguró que cuidaría de mí y que nos los pasaríamos muy bien juntos. Yo me dejé llevar por sus promesas. Me las creí todas. Me fío de él.

1 comentario:

  1. Menos mal que tienes a tito Luis cerca, porque si no, quién te iba a subir tan alto? Y quién te enseñaría a arreglar los agujeros en las paredes que hace tu madre? Y sobre todo, quién te habría quitado el miedo a montarte en Negrito?? Si es que el tito Luis vale mucho. Eso sí, tú no sabes apreciarlo aún... pero tu tito Luis tiene mucha guasa!!

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